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EL RETO EN MI SALUD
¿A qué edad quieres empezar?
Desde que tengo memoria nunca había puesto atención a mis hábitos de alimentación, por lo general siempre me comía todo lo que me servían, no acostumbraba a comer fruta ni verduras durante toda mi niñez, es decir, comía, pero no tenía una nutrición. Mi primer periodo lo tuve a los 7 años, cursaba el segundo año de primaria, en ese momento mi madre me llevo al médico para ver si era normal o ver que estaba sucediendo; el médico le comento que no se espantara que mi edad si era corta, pero el ciclo ya había iniciado, fue ahí donde me receto vitaminas del complejo B, aunque honestamente no era constante en el consumo, y los hábitos alimenticios carecían de ser balanceados o ricos en nutrientes.
A los 18 años tuve a mi primer hijo y a los 19 años el segundo, ya se imaginaran el esfuerzo que se realiza en cada embarazo, usualmente andaba con la pila algo baja, ya que él bebe en el vientre toma lo que necesite para su desarrollo, afortunadamente durante los embarazos tomé ácido fólico, aunque sentía que necesitaba más, pues el cansancio y la fatiga era constante y sentía que no rendía al máximo, ya que en esa época me encontraba estudiando la carrera de Ingeniería Química y había que cumplir con los horarios de clase, tareas, trabajos de exposición, prácticas en laboratorios y prepararse para los exámenes, me facilito mucho el tener la universidad a una cuadra de mi casa, aunque la verdad aun así no tenía el margen de tiempo para ir a comer a mi casa, de vez en vez salía sin desayunar y bueno muchas de las ocasiones comía lo que me invitaban mis amigos o lo que encontrara en puestos comerciales de comida, cuando llegaba a mi casa cenaba rápidamente ya que las responsabilidades crecieron y mi prioridad era que mis dos hijos estuvieran aseados, comieran y dedicarles el tiempo para los cuidados, como madre soltera, la ayuda de mi madre fue un regalo de Dios ya que fue valiosa e imprescindible y eso me permitió continuar con mis estudios.
Cuando por fin logre salir de la carrera, uno sale con el sueño de que vas a encontrar un buen trabajo, cómodo en cuanto horario y bien pagado, pero la realidad es otra en su totalidad, te enfrentas a un mundo de gente sin empleo, donde los mejores puestos lo obtenían los varones, aunque muchas veces me toco hacer el trabajo que les correspondía ya que logre entrar a trabajar de mi profesión, y aunque insisto que no era lo que uno espera, ya que muchas de las ocasiones continuaba asistiendo al trabajo por falta de alternativas y por que mis responsabilidades en casa era cubrir los gastos del día a día con mi familia y mi madre al poco tiempo tuvo que dejar de trabajar debido a su edad. Así anduve por varios años de un trabajo a otro, no por voluntad propia sino principalmente por termino de proyecto o los contratos eran por obra determinada, así que como eran con tiempo límite, y algunos muy cortos, eso conlleva a estar trabajando bajo presión, por tal situación todo era urgente e importante y las tareas tenían que ser entregadas en tiempo y forma, pero… ¿Qué significó esto? Otra vez a mal pasarse en las comidas, dedicarle tiempo extra hasta altas horas de la noche, viajes relámpago en los cuales, no daban el margen de comer y dormir bien, solo comías comida rápida y medio dormías lo que se pudiera. Cuando se es joven, todo lo pasas desapercibido y en mi caso estaba totalmente enfocada en sacar lo mejor posible mi trabajo y destinar todo mi recurso monetario a mi casa y mi familia, pero las cosas se van acumulando, y al paso de los años todo ese ritmo de vida cobra factura, ya que no era consciente de hacer ejercicio, cuidar mi alimentación, ni tener momentos personales de meditación.
Seguí trabajando, siempre estaba bajo estrés y llegué a un nivel en el que el fumar era una de mis salidas, este vicio como muchos conocemos, no trae nada bueno y no me enorgullece en lo absoluto haber caído y me da pena admitirlo, pero así pasó…, muchas de las ocasiones en cuanto me despertaba a las 5:00 A. M. fumaba y tomaba un refresco de soda, eso me daba la ilusión de alivio y era algo que se estaba saliendo de mi control, así la pase durante 4 años aproximadamente, y no saben lo arrepentida que me siento de esa decisión, poco después, tuve una oportunidad laboral fuera de casa, en Ciudad del Carmen, donde mi esposo Daniel Silva estaba trabajando, ahí mi estrés aumento, debido a que las exigencias laborales crecían, había salido de mi casa dejando a mi madre e hijos, y aunque vivía con mi esposo en aquella ciudad, mi corazón estaba dividido, cuando viajábamos era en autobús, cada quince días, salíamos en la noche de un viernes y pasábamos 19 a 22 horas de viaje y en casa, solo estábamos 23 horas con mi familia (ni siquiera un día…) y nos teníamos que regresar, ya que los permisos laborales eran nulos, fue doloroso y desgastante cada vez que me despedía de ellos. Con los ajetreos al poco tiempo después se me manifestó colon irritado, el cabello se me caía en proporciones inusuales, tenía ataques de ansiedad y llegue a pesar 78 kg con una estatura de 1.55 m, así que ya se imaginaran, escuche de las personas que me rodeaban la “buena vida que te das allá”, obviamente sin conocer las circunstancias por las cuales pasaba.
Poco tiempo después mi madre fue internada de emergencia, tuvo una hemorragia interna en el intestino, encontraron una úlcera, y saben lo que lo ocasiono fue el exceso de Diclofenaco, por tomarlo de manera diaria mas de una vez en el día, el motivo de tomarlo fue por el dolor en su rodilla derecha, además cuando le hicieron los análisis salió baja en hemoglobina, la cual surgió por una alimentación pobre en nutrientes, mi madre necesitaba transfusión de sangre, mi hermana Lupe se encargó de buscar donantes. Al encontrarme en otra ciudad mi preocupación se incrementó por no encontrarme a su lado, pero tampoco me podía salir del trabajo ya que tenía que generar ingreso suficiente para los gastos que se presentaran, pasé por sentimientos de frustración al no poder hacer más o estar a su lado. A mi hermana se le complicó encontrar donantes, aunque de ahí surgió la valentía de mis hijos para poder donar, y se cubrió esa necesidad, aunque fueron varias las personas que estuvieron dispuestas a donar sangre, no pudieron hacerlo ya que no se encontraban en buen estado de salud eso les impedía donar, eso despertó una serie de cuestionamientos y de consciencia en tomar en serio lo relacionado a la salud, ya que es muy triste que no puedas ayudar la vida de un ser amado, por no encontrarte saludable, afortunadamente mi madre salió bien de esa situación.
Constantemente estaba en busca de alternativas para reubicarme en casa, para estar a un lado de mi madre e hijos, hasta que por fin lo logre y regrese a mi lugar de origen, regrese con deficiencias en mi salud, como les platique con colon irritado y sobrepeso, y con el carácter algo alterado por los niveles de estrés que maneje en el trabajo.
En ese tiempo mi familia y yo teníamos sobrepeso, todavía no éramos conscientes en la alimentación y muchas de las ocasiones comíamos a deshoras, ahora me doy cuenta de que comíamos muchos antojitos, chatarra, harina, refrescos y prácticamente todo lo que se nos antojaba, si me hubieran preguntado si en ese tiempo comía bien, les hubiera contestado que para mí eso era comer saludable, no era consciente del daño que le estaba ocasionando a mi cuerpo y a las personas que tenía a un lado. No hacía ninguna clase de ejercicio y en mi trabajo la mayoría del tiempo estaba sentada frente a la computadora, además había una tradición de que todos los viernes eran de almuerzos, así que el bufete era bastante amplio y no me abstenía, me daba cuenta de que estaba subiendo de peso por que la ropa comenzó a quedarme más apretada, eso sí ahí decidí no comprarme tallas más grandes, por que si lo hacía iba a continuar subiendo de peso, una vez una compañera me comento -te voy a hacer una dieta y quiero que la sigas por un mes y vas a tener que comprar una báscula- comencé a seguir la famosa dieta, en ese camino me siguieron mi madre y mis hijos, nos empezó a gustar por que vimos cambios muy favorables ahí fue cuando logre bajar 10 kg, para mi había sido un gran logro, me estacioné bastante tiempo en 68 kg.
Después en ese tiempo se presento una baja de precio en el petróleo, por lo cual la industria del Oil and Gas pasó por crisis y hubo desempleo por no haber proyectos nuevos, ni rehabilitaciones o mantenimientos mayores, y eso me alcanzó a afectar en mi trabajo ya que me liquidaron, al poco tiempo mi madre falleció y al mes después falleció mi padre también, ahí fue cuando caí en depresión, me sentía triste, sola, llegó el momento en que por estrés, el uno de los lados en mi cara que la sentía adormecida, era como un hormigueo leve, era algo raro que nunca me había pasado, me dio miedo, le comente a mi esposo y de inmediato me llevo al médico para que me revisara.
La médico que me atendió solo me receto complejo B (vitaminas), poco después entre a laborar en una empresa que se dedicaba a la distribución de suplementos alimenticios, recuerdo que cada mes me regalaban una malteada, la cual traía adicionada muchas vitaminas, empecé a tomarla y efectivamente sentí como mi cuerpo absorbió como una esponja todos aquellos nutrientes, me sucedía que estaba con sobrepeso, pero presentaba desnutrición, deje de trabajar en esa empresa y en el camino fui probando de varias marcas, hasta que logramos encontrar a la No. 1 en ventas en nutrición, y bueno empecé a probar todos y cada uno de sus suplementos, sentí como mi cuerpo se iba restaurando, lo estaba alimentando de una manera saludable y confiable, ya que sus procesos y trazabilidad son completamente transparentes, controlan desde la semilla hasta el producto final, además sus granjas están certificadas como orgánicas, libre de pesticidas y su formulación la complementan con la obtención de los fitonutrientes (nutrientes de las plantas), por lo cual el cuerpo lo asimila mucho mejor y de manera natural, desde que lo descubrimos la consumimos y ha cambiado mi vida y la de mi familia de una manera favorable, claro que también cambiamos muchos hábitos alimenticios e incluimos el ejercicio.
Hoy te puedo decir que siento un mayor rendimiento cuando realizó mis actividades, fortalecimiento de uñas, cabello, piel y notoriamente mi calidad de vida se elevó, esto lo he logrado con cambio de hábitos, algo de ejercicio, buenas decisiones y agregando vitaminas, minerales y fitonutrientes de origen orgánico, que mi cuerpo absorbe en las cantidades correctas y va a aprovechar de una forma segura y confiable. Aunque el trabajo en mi salud no ha acabado, siento que voy en la dirección correcta.